jueves, 11 de junio de 2009

FICCION NARRATIVA


LOS ACTOS DE FICCIÓN NARRATIVA COMO “ACTOS DE HABLA”

G. Genette define el estatuto de los enunciados de ficción narrativa como actos de habla a partir de la vía abierta por Austin y Searle. Para Genette, estos actos de habla tienen una naturaleza ilocutiva en tanto que instauran el universo que pretenden describir, aunque para Searle se trata de “aserciones fingidas”, que se presentan como aserción espero que no cumplan con las condiciones pragmáticas de validez. La crítica de Genette a Searle consiste en preguntarse qué clase de actos de habla son los actos de ficción narrativa entonces, si no son aserciones verdaderas.

La tesis inicial de Genette es que “los enunciados de ficción son aserciones fingidas –como mantiene Searle–, pero ello no excluye que sean, al mismo tiempo, otra cosa”. Los enunciados de ficción pueden transmitir mensajes (como una fábula puede transmitir una moraleja, por ejemplo) y, además, el novelista crea personajes de ficción cuando finge referirse a determinadas personas en su relato (es decir, que, cuando finge hacer aserciones sobre seres ficcionales el novelista crea una obra de ficción). La conclusión inmediata de Genette es que, al producir aserciones fingidas (o fingir hacer aserciones) el novelista ejecuta realmente el acto de producir una ficción. La cuestión, entonces, sería dilucidar si la realización de esos dos actos (producir una ficción fingiendo realizar aserciones) es un acto de habla de naturaleza ilocutiva o no lo es. Dicho de otro modo: saber si los enunciados de ficción son enunciados no literales “figurados” (como cuando se le dice a alguien “Es usted un león” para significar metafóricamente “Es usted un héroe” o irónicamente “Es usted un cobarde”) o “indirectos” (como cuando preguntamos a alguien si puede pasarnos la sal para significar realmente el deseo de que nos la pase). Pero esta cuestión es secundaria para Genette, para quien en los enunciados de ficción hay implícita (en la gran mayoría de los casos) o explícitamente (en la minoría) un invitación –en términos claramente ilocutivos: sugerencia, petición, propuesta– al lector para que éste entre en el universo ficcional.

Los enunciados de ficción tendrían, como actos de habla ilocutivos, una naturaleza “directiva”. Así, la aserción “Erase una vez una niña cuya abuelita vivía en el bosque...” significa en realidad algo así como “Tened a bien imaginar conmigo una niña cuya abuela vivía en el bosque...” Dicha llamada a la cooperación del lector suele ser silenciosa ya que se da por sentada desde un principio, de modo que el novelista procede de modo más directo y expeditivo, casi como por decreto. Los actos de ficción, entonces, no serían tanto una petición como una declaración (un acto de habla en el que el emisor, en virtud del poder que se le ha otorgado, ejerce una acción sobre la realidad, como en el caso, por ejemplo, de una autoridad que dice “Se declara abierta la sesión”, “Queda usted despedido”, etc.). Igual que, cuando el profesor de
Matemáticas dice en clase “Sea el triángulo ABC...”, el novelista enuncia “[Sea] una niña cuya abuela vivía en el bosque...”. Ejerciendo un poder que supone –a mitad de camino entre el demiurgo y el onomaturgo– el consentimiento o acuerdo de un público que renuncia voluntariamente a ejercer su derecho de impugnación: “Yo, autor, por la presente, adaptando las palabras al mundo y el mundo a las palabras, y sin cumplir ninguna condición de sinceridad (=sin creerlo ni pediros que lo creáis) decido ficcionalmente que sea una niña cuya abuela vivía en el bosque...”. Frente a otros actos de hablailocutivo– declarativos, la peculiaridad de éste estriba en el carácter imaginario del acontecimiento declarado (la niña cuya abuela vivía en el bosque...) cuya existencia el autor no tiene el poder de provocar. Su poder es, en último término, el de provocar en la mente del receptor, aunque sea de modo momentáneo, su consideración... Y eso ya es un acontecimiento real, lo que demuestra el estatuto de estos actos de habla que llamamos enunciados de ficción como actos ilocutivos de naturaleza declarativa y con función instauradora.

GENETTE, Gérard (1993): “Los actos de ficción”, en Ficción y dicción; Lumen, Barcelona.

La teoría de los actos de habla (speech acts) de J. L. Austin fue desarrollada en su libro Palabras y acciones, en el que se distinguen tres clases principales de actos que realiza una persona en cuanto hablante: (a) Actos locutivos. Dicho de manera más trivial, decir algo
es hacer algo, en particular, decir lo que uno dice. Esto es, un hablante produce sonidos (un escritor escribe signos gráficos) que están bien ordenados de acuerdo con el sistema fonológico y la gramática de una lengua particular, y que, además, son portadores de algún sentido en relación con las reglas semánticas y pragmáticas de esa lengua. (b) Actos ilocutivos. Además de lo anterior, al decir lo que dice, un hablante está realizando un segundo tipo de acto, en virtud de numerosas convenciones que determinan el uso de la lengua en su comunidad lingüística. Por ejemplo, al escribir lo que acabo de escribir, he realizado el acto de afirmar (realizar una aserción.). Podría haber realizado, en cambio, el acto de hacer una concesión, formular una pregunta, dar una orden, etc. Todos estos actos son actos ¡locutivos, y para realizar cualquiera de ellos, debo hacer algo más que hablar (o escribir) en una lengua dada. Debo hablar en un
marco de convenciones y circunstancias, y hacerlo en los modos prescritos. Puedo realizar con éxito el acto locutivo de escribir una oración imperativa en inglés, pero fracasar al realizar el acto ilocutivo de dar una orden, si, por ejemplo, mi oración es: «Abraham Lincoln, repeal the Emancipation Proclamation» (Abraham Lincoln, anula la Declaración de Independencia.) (c) Actos perlocutivos. Por último, por decir lo que digo, realizo normalmente un tercer tipo de acto. Puedo intimidar, informar, confundir, entristecer a mi interlocutor, etc. Puedo lograr una de estas cosas o todas ellas, pero no tengo garantía de ello. Los actos perlocutivos incluyen las
Consecuencias de mi acto de hablar y solamente tengo un control limitado sobre tales consecuencias. Si escribiera ahora (sin «comillas»): «Prometo ofrecer una nueva y válida teoría de la literatura al final de estas páginas», habría realizado con ello el acto ilocutivo de prometer, pero es muy posible que no hubiera realizado el acto perlocutivo de aumentar las esperanzas de ustedes. En resumen, y de forma esquemática, considerando el enunciado «Alto, o disparo», el acto locutivo consiste en decir «Alto, o disparo», el acto ilocutivo en ordenar, amenazar..., y el acto perlocutivo en asustar al receptor. Para un resumen de la teoría de Austin vid. DOMÍNGUEZ CAPARRÓS, José; “Literatura y actos de lenguaje” y OHMANN, Richard; “Los actos de habla y la definición de literatura”.





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